Su tamaño y su mansedumbre lo hacen un caballo ideal para que los niños hagan sus primeros años de aprendizaje sobre ellos, para luego pasar a caballos de mayor envergadura.
Son caballos muy resistentes y se mantienen todo el año en muy buen estado, por lo que pueden estar todo el tiempo al aire libre sin necesidad de estabulación.
La doma se realiza a partir de los tres años y en pocos meses se entregan por completo.
Han demostrado una gran agilidad y velocidad en las carreras de cañas o estacas donde suelen competir exitosamente contra otras razas.
En todo el mundo es frecuente que los niños a partir de los seis años compitan en salto y adiestramiento en petisos deportivos.